IDD-Lat 2014
IV - Dimensión Capacidad para generar políticas que aseguren eficiencia económica -

País

Dimensión Económica 2014

Chile

1,725

México

1,690

Perú

1,661

Uruguay

1,313

Colombia

0,924

Argentina

0,708

Panamá

0,481

Venezuela

0,399

Ecuador

0,365

Costa Rica

0,113

Brasil

-0,322

Paraguay

-0,778

Nicaragua

-0,895

Rep. Dominicana

-0,988

Honduras

-1,241

Bolivia

-1,580

Guatemala

-1,767

El Salvador

-1,808

Tabla 1.5. América Latina (18 países) Puntaje obtenido en la Dimensión Económica del IDD-Lat 2014

Fuente: Elaboración propia con base en IDD-Lat 2014.

Luego de una década de bonanza, la región latinoamericana experimentó, en promedio, un bajo crecimiento. La economía mundial redujo su tasa de incremento a un 2,1% en 2013, con indicios de cierta recuperación en el segundo semestre, pero manteniéndose la crisis financiera en la zona euro, mientras se produjo un crecimiento moderado en Estados Unidos, todo lo cual influyó en los países latinoamericanos. Desde 2004, la región vivió una transformación positiva, incluso cuando estalló la crisis económica y financiera global del 2008, había mostrado una fuerte resiliencia ante esas turbulencias, y había mantenido tasas de crecimiento bastante positivas. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), los países de la región han crecido a una tasa media del 4% desde 2004, frente al 2,6% en el período 1995-2004 y el 2% entre los años 1980 y 2002.

El FMI, el Banco Mundial y la CEPAL han señalado que el actual bajo crecimiento de América Latina obedece a un menor dinamismo de la demanda externa, una mayor volatilidad de las finanzas a nivel internacional y una caída en el consumo interno. Aunque avanzó en los últimos 10 años en medio de la desaceleración global, Latinoamérica se ha ido quedando de alguna manera rezagada de la revolución tecnológica que avanza en el mundo, cuyos polos principales son Asia, Norteamérica y Europa. Ese rezago expresa la amenaza de permanecer en la periferia.

En la pérdida de dinamismo económico ha influido parcialmente la locomotora brasileña que no logra despegar y tomar un mayor ritmo de crecimiento, siendo que representa una cifra cercana a la mitad del PIB agregado de la región. Su economía creció sólo un 2,4% en 2013.

América Latina sigue siendo la región con la mayor desigualdad del mundo y su crecimiento depende de factores inestables, como sus exportaciones de materias primas y el apetito del consumo interno. A pesar de que su economía ha crecido más que la media mundial, no es suficiente para superar una deuda histórica con sus ciudadanos, que se expresa en la peor distribución del ingreso del mundo, con muy bajas tasas de inversión y de ahorro.

El modelo latinoamericano, asentado en las exportaciones de materias primas y el consumo interno, está llegando a su límite porque la estructura productiva no se ha modificado, por el rezago tecnológico y por la persistencia de la baja productividad, factores que tienden a establecer un círculo vicioso. Las economías latinoamericanas enfrentan retos como el control de la inflación, a fin de evitar el alza de los precios de primera necesidad para la población; garantizar la recuperación sostenida del crecimiento; evitar la caída del empleo; y asegurar un alza del salario, con creciente productividad, mediante un uso más intensivo de nuevas tecnologías. Paralelamente, debe promover el crecimiento económico con igualdad, con regulaciones claras y apoyo social; aplicando políticas contracíclicas de corto plazo, previniendo las crisis locales y manteniendo en el tiempo el equilibrio interno y externo. A largo plazo, deberá apostar por un cambio estructural de su economía, con políticas industriales, macroeconómicas, sociales y laborales,coordinadas adecuadamente para contribuir a la transformación de su estructura productiva, bajo una visión integrada como plataforma de desarrollo.

En nuestro índice 2014, diez países superan el promedio de la dimensión económica; el resto, 8 países, quedan por debajo, uno más que en el 2013. Los que lo logran son Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Si comparamos las últimas mediciones se repiten con el 2013 los países que, en el conjunto de indicadores que miden desempeño económico superan el promedio, salvo Brasil, que pierde esta característica que había adquirido en el Índice del 2011 (Gráfico 1.11).

El país que presenta el mayor deterioro en desarrollo económico es Paraguay, acompañado por Guatemala, Brasil, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana y Honduras. Entre los países que han mejorado su comportamiento se destacan Colombia, Ecuador y Argentina.

Así como en las mediciones anteriores era una constante que el indicador que mide PIB per Cápita tuviera un comportamiento positivo, este año, además de este indicador, las variables que muestran una tendencia positiva en términos generales para la Región han sido la que presentan una menor exposición al Endeudamiento, nuevamente como en el 2013. Lo que es necesario destacar como resultado negativo es el aumento del promedio del valor de Brecha de ingreso en la Región, que marca un registro que es histórico.

La elevada desigualdad en la distribución de los ingresos es uno de los rasgos característicos de América Latina en el contexto internacional. Los datos más recientes disponibles indican que el quintil más pobre capta en promedio un 5% de los ingresos totales, con participaciones que varían entre menos del 4% (Bolivia, Honduras, Paraguay y República Dominicana) y el 10% (Uruguay), mientras que la participación en los ingresos totales del quintil más rico promedia el 47%, con un rango que va del 35% (Uruguay) al 55% (Brasil). La distribución del ingreso ha mostrado una lenta tendencia a la mejora en los últimos diez años. Estos cambios han ocurrido de manera gradual y son apenas perceptibles en las variaciones de año a año.

Chile incrementa su puntuación, lo que le permite seguir liderando esta dimensión y es seguido este año por México, que en el anterior había caído al cuarto lugar, luego de haber liderado el ranking durante cuatro años. Uruguay no logra mantener su posición del 2013, el segundo lugar, y baja al cuarto. En la tercera posición se cuela Perú, que es otro de los países que avanza fuertemente en esta dimensión.El último lugar lo ocupa El Salvador. Bolivia, que se había situado en el fondo de la tabla el año anterior, ahora sube dos lugares, aunque aún se ubica muy por debajo del promedio regional. Los otros países de América Central también presentan resultados negativos, salvo Costa Rica que presenta una puntuación intermedia.

Desde el 2002 el indicador de distribución de la riqueza había mejorado en América Latina; de hecho en la medición del 2012, catorce países habían reducido su brecha de ingreso; sin embargo, en esta medición, en algunos países, nuevamente, esta variable ha sufrido un retroceso producto de las caídas en los porcentajes de crecimiento económico de la Región y de la ausencia de políticas activas de equidad, tales son los casos de Brasil, Ecuador, Honduras, México y Venezuela; a pesar que algunos países han mejorado en este aspecto, principalmente Bolivia, que desde el año 2006 redujo sustancialmente la brecha de ingreso entre los más ricos y los más pobres en el país. Aún hay mucho camino por recorrer mientras haya casi un 50% de la participación en los ingresos totales que recae en el quintil más rico de la población latinoamericana.

Desarrollo económico

Fortalezas

Debilidades

·La Región sigue creciendo, aunque con menor tasa.

·La deuda pública de América Latina sigue estable. El promedio se mantuvo cercano al 31% del PIB para la región, con proporciones prácticamente iguales de deuda externa e interna.

·La caída del pago de intereses ha sido significativa en los últimos años en América Latina generando mayor disponibilidad para inversiones en infraestructura y para gasto social

·La dimensión económica presenta nuevamente un retroceso.

·Persiste la vulnerabilidad de la región a la volatilidad externa. Los países que más se han integrado en la economía global son los más expuestos, pero quienes también tienen mayor capacidad de respuesta

·Pese a los avances, subsiste una gran desigualdad como asignatura pendiente. Su sostenimiento puede ralentizar el desarrollo económico

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