IDD-Lat 2015
IV - Dimensión Capacidad para generar políticas que aseguren eficiencia económica -

Tabla 1.6. América Latina (18 países). Puntaje obtenido en la dimensión económica del IDD-Lat 2015

Fuente: Elaboración propia con datos del IDD-Lat 2015.

País

Índice
Desarrollo
Económico
2015

Uruguay

1,803

Panamá

1,661

México

1,562

Chile

1,328

Perú

1,157

Colombia

1,127

Ecuador

0,991

Costa Rica

0,487

Brasil

0,212

Argentina

0,081

R. Dominicana

-0,076

Paraguay

-0,711

Bolivia

-1,088

Venezuela

-1,316

Nicaragua

-1,468

El Salvador

-1,613

Honduras

-2,029

Guatemala

-2,108

Desde 2004, la región vivió una transformación positiva en lo que concierne al crecimiento económico; incluso cuando estalló la crisis económica y financiera global del 2008, había mostrado una fuerte resiliencia ante esas turbulencias y había mantenido tasas de crecimiento bastante positivas. El FMI, el Banco Mundial y la CEPAL han señalado que, el bajo crecimiento actual de América Latina, y en algunos países podemos decir estancamiento e inclusive decrecimiento, obedece a un menor dinamismo de la demanda externa, una mayor volatilidad de las finanzas a nivel internacional y una caída en el consumo interno.

América Latina ha dejado atrás las elevadas tasas de crecimiento económico de la década pasada para converger a tasas más moderadas, en el rango del 1.5#% al 3#%. Sin duda, el haber sorteado el deterioro de las condiciones externas sin episodios de crisis es una buena noticia. No obstante, la continua revisión de las proyecciones de crecimiento de mediano plazo a la baja podría ser síntoma de un crecimiento del producto potencial menos robusto de lo previsto, que podría poner en riesgo los avances sociales recientes.

América Latina sigue siendo la región con la mayor desigualdad del mundo y su crecimiento depende de factores inestables, como sus exportaciones de materias primas y su nivel de consumo interno. A pesar de que su economía ha crecido más que la media mundial, no es suficiente para superar una deuda histórica con sus ciudadanos, que se expresa en la peor distribución del ingreso del mundo, con muy bajas tasas de inversión y de ahorro.

La desigualdad sigue siendo el principal problema de la región y su solución demanda el establecimiento de pactos sociales basados en una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad que apunten a una progresiva integración de los sectores marginados y pobres de la economía. En América Latina, el 10#% de la población más rica recibe 40#% de los ingresos, mientras que el 10#% más pobre accede a sólo 12#% de ellos. América Latina debe cerrar brechas estructurales en materia productiva, educativa y de ingresos para avanzar hacia un desarrollo inclusivo y sostenible, pues la desigualdad conspira contra la estabilidad de las democracias.

Urge una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad para transformar la cultura de los privilegios en la cultura de la igualdad.

En nuestro índice 2015, nuevamente son diez los países que superan el promedio de la dimensión económica; los restantes ocho países quedan por debajo. Los que lo logran son Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay. Si comparamos las últimas mediciones se repiten con el 2014 los países que, en el conjunto de indicadores que miden desempeño económico superan el promedio, salvo Brasil, que había perdido esta característica en el 2013 y vuelve a recuperarse, y Venezuela que en esta oportunidad se coloca por debajo del promedio regional (gráfico 1.20). El valor del promedio regional es prácticamente igual al del 2014.

Los países que presentan el mayor deterioro en desarrollo económico son Ecuador y Venezuela, acompañados por Guatemala, Honduras, Paraguay, Nicaragua, El Salvador, Argentina, Chile y Brasil. Entre los países que han mejorado su comportamiento se destacan Panamá, Colombia y República Dominicana.

Variación de la dimensión democracia económica

Gráfico 1.20
Fuente: Elaboración propia con datos del IDD-Lat 2014 y 2015.

Así como en las mediciones anteriores era una constante que el indicador que mide PIB per cápita tuviera un comportamiento positivo, este año, en este indicador no se observa la misma tendencia, debido a lo que mencionamos en el apartado anterior acerca del crecimiento económico de la región. Por otro lado, las variables que muestran una tendencia positiva en términos generales para la región han sido las que presentan una menor exposición al endeudamiento. Un dato positivo es que, nuevamente como en los dos años anteriores , se manifiesta un avance en términos de igualdad de ingresos, a pesar de ser aún un grave déficit en la región. Como otro dato preocupante, debe destacarse el descenso del valor de libertad económica, que marca un registro mínimo histórico.

Chile luego de haber sido líder regional en los dos últimos años, registra en el IDD-Lat 2015 un retroceso en esta dimensión, lo que produce que pierda ese liderazgo y retroceda a la séptima posición en el ranking regional. Debemos considerar que esta es su peor ubicación y puntaje, si analizamos la serie histórica desde el 2002 a la fecha. Chile había liderado esta dimensión en cuatro ocasiones, 2005 y 2006 y posteriormente 2013 y 2014. El país que se ubica en la cima en 2015 es Uruguay, quien incrementa su puntuación, y logra esta posición por primera vez en su serie histórica. Es seguido este año por Panamá, que logra avanzar cinco posiciones y no sólo accede a una muy buena posición en el ranking, sino fundamentalmente, pasa a formar parte del conjunto de países con alto desarrollo económico. México, que lo mencionamos anteriormente como uno de los ocho países que avanzan este año, sin embargo su resultado final es apenas por encima del obtenido en el 2014, con lo cual pierde un lugar en el ranking ocupando ahora el tercer lugar entre los países con alto desarrollo económico. Había liderado seis años de los catorce que se mide el IDD-Lat.

En total son seis los países que integran el grupo de alto desarrollo, los ya mencionados Uruguay, Panamá y México, junto a Chile, Perú y Colombia que completan esta agrupación.

Cuatro países presentan desarrollo medio: Ecuador, Costa Rica, Brasil y Argentina, en ese orden. En tanto sólo dos países, República Dominicana y Paraguay integran el grupo de bajo desarrollo.

Un lote de seis países integran el grupo de mínimo desarrollo económico: Bolivia, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala.

Argentina y Venezuela son dos de los países que más retroceden en la tabla de posiciones, en el primer caso cayendo cuatro lugares y en el segundo seis posiciones. El último lugar como se ha mencionado lo ocupa Guatemala, que es la primera vez que se ubica en el fondo de la tabla; esa posición había sido ocupada históricamente por Bolivia que, aunque mejora, aún se ubica lejos del promedio regional.

Desarrollo económico

Fortalezas

Debilidades

  • El valor promedio de la dimensión económica a pesar del retroceso de algunos países ha logrado mantenerse en parámetros similares.
  • La deuda pública de América Latina sigue estable. El promedio se mantuvo cercano al 30#% del PIB para la región.
  • El crecimiento económico de la región presenta frenos y contramarchas.
  • Persiste la vulnerabilidad de la región a la volatilidad externa.
  • Pese a los avances, subsiste una gran desigualdad como asignatura pendiente.
  • Sus países presentan mínimo desarrollo económico, en zona de riesgo para la continuidad y mejora de políticas públicas

Se agota el modelo?

El crecimiento de América Latina y el Caribe durante el 2014 fue decepcionante. Mientras el producto del planeta aumentó 3,3#% durante el 2014, la región tuvo un mediocre crecimiento de 1,2#%. En perspectiva, el África subsahariana creció 4,4#%, y las economías emergentes y en desarrollo de Asia, 6,5#%.

Múltiples factores contribuyeron a la desaceleración de las economías latinoamericanas. Una demanda externa más débil y un deterioro en los términos de intercambio son sin duda factores determinantes. Pero también ha quedado en evidencia la incapacidad de los países de la región de conducir procesos de reformas internas que mejoren su capacidad de producir más y mejores bienes y servicios que ayuden a incrementar el consumo interno y la capacidad exportadora de sus economías.

La situación económica de la región es aun más delicada si se observan sus falencias estructurales reflejadas en sus indicadores sociales y laborales. De acuerdo con la OIT, en la actualidad existen cerca de 15 millones de personas desempleadas en zonas urbanas de la región, las que durante el 2104 vieron reducida su posibilidad de conseguir empleo, producto del menor crecimiento. De hecho, se estima que en el año 2014 se dejaron de generar casi un millón de empleos en las economías de América Latina. Y si bien la tasa de desempleo todavía no ha recibido el impacto pleno de esa situación, se evidencia una preocupante reducción en la tasa de participación laboral.

Lo anterior se suma al estancamiento en la reducción de los niveles de pobreza en América Latina. En el 2014, la tasa de pobreza se mantuvo en 28#% (167 millones de pobres), similar a la cifra del 2013 y 2012. Por otra parte, desde el 2012 la tasa de indigencia viene mostrando un constante aumento, pasando de 11,3#% a 12#% (71 millones de indigentes).

Si a lo anterior se agrega que en la región existen cerca de 130 millones de empleos informales, y que en los próximos 10 años será necesario crear 50 millones de empleos solo para compensar el crecimiento demográfico, el menor crecimiento económico es una pésima noticia para la población más necesitada de la región.

Tristemente, Argentina y Venezuela se han transformado en los mejores ejemplos del nublado panorama que enfrenta América Latina. Desde 1999 Venezuela ha sustentado un modelo económico basado en sus extraordinarios ingresos provenientes del alto precio del crudo. Sin embargo, el ajuste en dicho mercado ha significado un inmenso golpe para la economía venezolana. Durante 2014 su producto interno cayó en 2,8#%, mientras que la inflación se aceleró hasta alcanzar el 64#% (la inflación en alimentos superó los tres dígitos). La situación es de alta complejidad por los desafíos que el escenario significa para una población caracterizada por altos niveles de pobreza (32,1#% en el 2013).

Argentina, por su parte, es el mejor ejemplo de cómo malas políticas internas pueden significar grandes costos económicos. El país también mostró una contracción durante el 2014. Solo en el tercer trimestre su producto retrocedió -0,5#%. Los desbalances macroeconómicos, combinados con una mínima disposición del gobierno a ajustar sus gastos a un decreciente nivel de ingresos y un deterioro de las condiciones externas, han sido una mezcla letal.

Si bien el menor precio del petróleo puede contribuir a impulsar muchas de las economías de la región, los expertos están de acuerdo en que el impacto será menor. Por eso las proyecciones de crecimiento para el 2015 no permiten vislumbrar un cambio en el nublado escenario. En su más reciente actualización, el FMI estima un crecimiento de 1,3#% para América Latina y el Caribe, versus el 3,5#% mundial. Sin embargo, tras el mediocre promedio comienzan a emerger algunos países que rompen la tendencia. Colombia y Perú son dos ejemplos. Con tasas de crecimiento esperadas entre 4 y 5#%, dichas naciones parecen haber superado el bache del 2014. En ambos casos sus políticas económicas han permitido sortear dificultades y sostener un modelo de desarrollo.

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